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Militares uruguayos en el Congo salvan una emboscada gracias a El Show del Mediodía

Hartos de pintar de azul los cascos de sus colegas de la Organización de las Naciones Unidas, el comando de militares uruguayos destinados en el Congo recibió con desmedido entusiasmo 15 videos del afamado programa dominical El Show del Mediodía. La alegría de estos muchachos que desde hace seis meses basan su dieta en ciruelas y carne de rana fue tan grande que abandonaron todas sus tareas para recrearse con Cacho de la Cruz y todo su equipo.
La risotada generalizada llegó cuando Walkir, un cabo primero, apareció en pantalla participando en el juego “Cante y Gane” interpretando “El hijo de Cuca”, de Pocho La Pantera. Walkir había concurrido al programa televisivo para recaudar fondos para la fundación “Somos 87 para un chorizo, no vale cante primi”, aunque al final tuvo que conformarse con una tostadora que la Asociación Uruguaya del Enano le había regalado a Fermín el día de su cumpleaños número 50. Frente a tan vergonzosa situación el cabo primero quiso redimirse y no tuvo mejor idea que volver a cantar la canción, esto provoco una inmediata morta por parte de todo el pelotón y una posterior entrega al equipo de lucha greco romana del Congo, que estaba entrenando en un campo lindero, para que lo utilice como sparring. Finalmente, Walkir confesaría que había ido al programa para ver de cerca las tetas de Daniela Marotta.
La euforia por recibir los videos fue tal que los militares vieron siete veces seguidas los 15 videos, mientras preparaban unos chorizos de anguila y se bajaban los 177 litros de Amarga Vesubio que tenían para sus dos años de misión. Sobre las tres de la madrugada cuando unos 30 soldados ensayaban una coreografía de las Chin Chin y el sargento primero susurraba en un árbol “Maravilla, maravilla”, los rebeldes congoleños aprovecharon la distracción para interrumpir con una emboscada en el campamento uruguayo. La suerte fue tal que el jefe de los congoleños quedo hipnotizado frente al televisor, más precisamente por las ofertas de Vía Confort y calzado León. A los pocos minutos todos los rebeldes estaban religiosamente sentados frente a la “caja boba”, lo que permitió la reacción de los militares uruguayos que terminaron por apresar a todos los congoleños que habían propiciado la emboscada.
Todo el pelotón recibió una medalla al honor y la valentía, salvo Walkir que se nacionalizó en Congo y ahora es parte del equipo de lucha greco romana.

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